Acromatopsia, un mundo en blanco, negro y gris

por | Abr 9, 2019 | Consejos Óptica

La acromatopsia o mono-cromatismo es una enfermedad con la que solo percibimos los colores blanco, negro, gris y todas sus tonalidades.

 

 

Imagina por un momento que todo lo que te rodea y ves estuviera en blanco y negro, como si de una película de las antiguas se tratara. Esa es la realidad de algunas personas que conviven con la acromatopsia, una de esas afecciones raras que es prácticamente desconocida

La acromatopsia es una enfermedad congénita y no progresiva basada en una anomalía en la visión con la que solo se perciben los colores blanco, negro y gris. Esta distorsión se debe a una alteración en las células fotorreceptores de la retina sensibles al color, llamadas conos. Se trata de una afectación extrema del daltonismo, caracterizado este por la incapacidad de distinguir correctamente determinados colores, sobre todo matices del rojo y el verde.

La acromatopsia, también conocida como mono-cromatismo, afecta a una de cada 30.000 personas, lo que la convierte en una enfermedad extraña y, debido a que el gen que la ocasiona no está ligado al sexo, afecta a mujeres y hombres sin distinción.

No obstante, el hecho de estar viendo la vida en blanco y negro no es el único síntoma, ya que habitualmente los pacientes pierden parte de su agudeza visual, efecto que se ve agravado cuando las condiciones lumínicas son más intensas, por lo que padecen también fotofobia, esto es, la intolerancia anormal a la luz por la molestia o dolor que produce.

¿Se puede diagnosticar la acromatopsia?

Como se ha escrito anteriormente, falta de agudeza visual y fotofobia son los síntomas que podrían dar pistas del sufrimiento de esta enfermedad. Sin embargo, no existe ningún tratamiento, siendo lo más común la prescripción de lentes tintadas, normalmente de colores oscuros y con filtros ultravioleta, o lentes correctoras en caso de pérdida de agudeza visual.

¿En qué se diferencia del daltonismo?

El daltonismo es la antesala de la acromatopsia y padecerlo no quiere decir que degenere en esta patología. Ocurre cuando hay un problema con los pigmentos en ciertas células nerviosas del ojo que se encargan de percibir el color (conos). Dependiendo de si falta un pigmento u otro, habrá dificultades para diferenciar entre las tonalidades de diferentes colores, entre ellos el azul y amarillo o el rojo y verde.

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